Turismo Como Motor de Desarrollo e Innovación Social en Cartagena y Colombia.

Cartagena de Indias es una ciudad de contrastes. Por un lado, es un destino turístico de renombre mundial, con una riqueza histórica y cultural que seduce a millones de visitantes cada año. Por otro, su desarrollo económico no ha beneficiado equitativamente a todos sus habitantes. Mientras el turismo genera millones de dólares en ingresos, la distribución de estos recursos sigue siendo desigual, y muchas comunidades locales quedan al margen del crecimiento.

Es aquí donde la innovación social se presenta como una herramienta clave para transformar el turismo en un verdadero motor de desarrollo económico sostenible e inclusivo. De acuerdo con el Stanford Social Innovation Review, la innovación social se define como “una solución novedosa a un problema social que es más eficiente, efectiva, sostenible o justa que las existentes y cuyo valor creado beneficia principalmente a la sociedad en su conjunto”. Bajo este enfoque, el turismo puede y debe trascender su papel tradicional como un sector de consumo para convertirse en una plataforma de regeneración social y económica.

Tradicionalmente, la industria turística en Cartagena ha operado bajo un modelo extractivo: el dinero fluye desde los visitantes hacia grandes operadores, hoteles de lujo y cadenas internacionales, dejando pocas oportunidades reales para que las comunidades locales se beneficien de manera directa. Se trata de una estructura donde los locales suelen desempeñar roles periféricos —como empleados de bajo salario o vendedores informales— sin acceso real a la toma de decisiones ni a la construcción de valor dentro de la industria.

La innovación social aplicada al turismo busca romper con esta dinámica, promoviendo modelos de negocio que sitúen a las comunidades en el centro de la actividad económica. Esto implica no solo reconocer el valor de su patrimonio cultural e histórico, sino garantizar que los ingresos generados por el turismo permanezcan en el territorio y beneficien directamente a sus habitantes.

Un claro ejemplo de cómo la innovación social puede transformar el turismo en Cartagena es Beyond the Wall Cartagena, un proyecto que ha logrado integrar a comunidades locales en la creación y operación de experiencias turísticas auténticas. En lugar de ofrecer recorridos convencionales, Beyond the Wall co-crea experiencias con líderes comunitarios, permitiendo que las historias y conocimientos locales sean la base de cada producto turístico.

Una de las experiencias más representativas de este modelo es Bazurto Beyond a Market, una inmersión en el mercado más emblemático de Cartagena, donde los visitantes tienen la oportunidad de conocer la verdadera cara de la ciudad, lejos del circuito turístico tradicional. En este espacio, cocineras, comerciantes y artistas locales participan activamente en la experiencia, generando ingresos directos y promoviendo un intercambio cultural genuino.

Más allá del impacto económico inmediato, iniciativas como esta también contribuyen a la preservación del patrimonio inmaterial, al empoderamiento de las comunidades y al fortalecimiento del sentido de identidad local. La clave está en entender el turismo no como una simple transacción comercial, sino como una oportunidad de co-creación de valor entre visitantes y anfitriones.

Uno de los desafíos más grandes del turismo cultural sostenible es garantizar que el dinero se quede en los territorios. Para lograrlo, es necesario implementar estrategias como la creación de cooperativas turísticas locales, el desarrollo de plataformas digitales propias que reduzcan la dependencia de intermediarios como Airbnb Experiences o Viator, y la generación de incentivos gubernamentales para empresas que reinviertan en las comunidades.

La innovación social aplicada al turismo no solo es una estrategia efectiva para reducir la desigualdad económica en ciudades como Cartagena, sino que también representa una oportunidad de escalabilidad a nivel nacional. Ciudades como Santa Marta pueden aplicar este modelo para fortalecer su turismo comunitario basado en la historia, cultura y naturaleza, mientras que en el Pacífico colombiano, la riqueza cultural y natural puede ser la base para experiencias de turismo sostenible gestionadas directamente por comunidades afro e indígenas.

El verdadero reto no es solo diseñar experiencias innovadoras, sino construir un modelo turístico que sea económicamente inclusivo, culturalmente enriquecedor y ambientalmente sostenible. La tecnología jugará un papel clave en este proceso, facilitando la conexión entre la oferta y la demanda sin intermediarios que drenen los recursos locales.

Si algo ha demostrado Beyond the Wall Cartagena es que el turismo puede ser un vehículo para el desarrollo social y económico si se gestiona con inteligencia y sensibilidad. En lugar de perpetuar las desigualdades del pasado, podemos construir un modelo donde los protagonistas de la historia sean también los principales beneficiarios de la economía turística.

Cartagena, Bolívar y toda Colombia tiene el potencial de convertirse en un referente global de turismo cultural sostenible. Pero para lograrlo, es necesario un cambio de paradigma, donde la innovación social deje de ser un concepto abstracto y se convierta en la norma. El turismo del futuro no debería medirse solo por el número de visitantes, sino por el impacto positivo que genera en las comunidades locales.

El momento de transformar el turismo es ahora. Y la pregunta clave es: ¿quiénes serán los arquitectos de este cambio?

@Eldannycartagena
danny@beyondthewallctg.co